Sin embargo, según unas investigaciones que ha llevado a cabo nuestro gabinete de investigaciones (claro), no nos han contado toda la verdad sobre la muerte del polifacético (quién coño ha disfrutado de las facetas de ser blanco y negro en una sola vida) artista.
En periódicos y televisiones nos han bombardeado con datos sobre una muerte causada por sobredosis accidental de pastillas o algo así (bueno tampoco me he informado mucho, no es la política de este noticiario), pero la causa de su muerte ha sido completamente diferente.
Como hemos descubierto hace escasos instantes, Michael Jackson falleció por una úlcera de estómago causada por beberse un frasco de disolvente en un nuevo intento de ser más blanco aún (incluso por dentro).
Sí, amigos. Y no pretendo causar más dolor a sus aquejados fans, pero la verdad es algo que hay que asumir. Esperemos que el rey del pop descanse en los cielos, blancos y puros, blanco y puro.
Los niños del mundo pueden dormir tranquilos al fin.

Es que no quería poner una foto de Michael Jackson. De nada.
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